Significado de Atmósfera

¿Qué significa Atmósfera?

La atmósfera es la capa exterior de gases que rodea a todo cuerpo celeste, en la mayoría de los casos se utiliza el término para aludir específicamente a la capa que rodea al planeta Tierra. Es una zona que está por encima de la corteza terrestre y es de suma importancia, pues allí se encuentran las sustancias que todos los seres vivos respiramos y necesitamos para vivir. Es una palabra que proviene del idioma griego: ἀτμός (atmós, que significa «vapor») y σφαῖρα (sfaira, que significa «esfera»).

(La atmósfera es la capa exterior de gases que rodea a todo cuerpo celeste)

(La atmósfera es la capa exterior de gases que rodea a todo cuerpo celeste)

Composición de nuestra atmósfera

La atmósfera de la Tierra es profundamente estudiada y las alertas sobre las formas de su cuidado suelen extenderse por muchos ámbitos: su composición tiende a modificarse a lo largo del tiempo por motivos naturales, pero en el caso de la tierra, también hay causas artificiales de ese cambio.

Los gases que componen nuestra atmósfera son en primer lugar el nitrógeno (N2), este compone más del 78% de ella; le sigue en abundancia el oxígeno (O2), con casi el 21%, y en mucha menor proporción se encuentran otros gases, como el argón, el dióxido de carbono, el hidrógeno o el ozono, todos ellos importantes para la estabilidad del planeta y la subsistencia de los seres vivos. En la formación de las nubes que observamos desde la superficie de la Tierra, por ejemplo, interviene casi exclusivamente el vapor de agua, que constituye su principal componente.

Comparación con otras atmósferas

Esta composición desproporcional en favor del nitrógeno no es la que tienen otros planetas del sistema solar. De este modo, mientras Marte así como Venus las tienen compuestas casi en su totalidad por dióxido de carbono, el planeta Mercurio no tiene atmósfera alguna, y otros planetas como Júpiter, Saturno, Urano o Neptuno tienen una atmósfera en la que el elemento preponderante es el hidrógeno.

Los elementos minoritarios en algunos de esos casos son determinantes e imposibilitarían completamente la existencia de la vida humana en esos planetas. En el caso de Marte, la situación es diferente y su composición atmosférica hace que los científicos insistan en investigar lo que hay en él: las diferencias con la Tierra no son pocas, la presión atmosférica es mucho más fuerte y la gravedad es menor, pero aun así, en los polos se ha encontrado agua congelada.

Capas de la atmósfera

De todos modos, la atmósfera terrestre no es uniforme sino que está subdividida en capas, cada una con una composición diferente. La primera, esto es, la más próxima a la corteza, es la tropósfera, se extiende por 8 kilómetros en las zonas de los polos y casi por el doble en la región del Ecuador, su temperatura disminuye a medida que se aleja de la superficie, y en esta capa se producen los movimientos de las masas de aire que producen el viento.

Luego de esta aparece la estratósfera, que se prolonga por 50 kilómetros, allí la temperatura llega a los 0°C en su límite superior. Más allá aparece la mesósfera, que ocupa 30 kilómetros y determina la formación de turbulencias y ondas atmosféricas a escala temporal y espacial. La ionósfera y la exósfera son las dos últimas capas, la segunda especialmente gigantesca es la zona de tránsito entre la atmósfera terrestre y el espacio interplanetario.

Riesgos y peligros

Las actividades cotidianas del ser humano a menudo contaminan la atmósfera, por la liberación de partículas o sustancias. Si en una zona prístina de altamar la concentración de materiales sólidos de la atmósfera es de 1000/cm3; en una gran ciudad puede llegar a 150000/cm3. Esto se manifiesta de tres formas claras.

En primer lugar, el deterioro de la capa de ozono, que es la que limita la radiación ultravioleta, pone en riesgo la salud de las personas. En segunda instancia, el efecto invernadero produce un aumento de la temperatura atmosférica por el cambio en la composición de gases. Asimismo, la contaminación incide en la composición del aire y puede favorecer el desarrollo de serias enfermedades respiratorias.

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