Significado de Calidad
¿Qué significa «Calidad»?
En su acepción más básica, la palabra calidad alude de manera global el conjunto de cualidades de un producto, de un servicio o incluso, en ciertos aspectos, de un individuo. Así por ejemplo, se habla de calidad humana en referencia a una persona íntegra, sensible, de sólidos valores éticos.
La cualidad de algo queda definida sobre la base de criterios de valoración, que pueden ser objetivos o relativamente subjetivos. La idea de calidad a menudo se concreta a través de la comparación, al identificar algo que tiene mayor calidad que otro elemento similar que no la tiene.
La calidad a la hora de consumir
En general, la calidad hace que un bien o un servicio resulte más atractivo. Un objeto de mejores características en cuanto a materia prima, manufactura y acabado resultará más valorado, puesto que se percibirá como superior a los otros de su clase y en muchos casos el consumidor lo preferirá frente a la competencia.
Desde ya que la calidad no es el único factor que interviene en las pautas de consumo, el precio es también un factor determinante, por lo tanto, los bienes o servicios más vendidos suelen ser los que ofrecen una buena calidad a un precio más o menos razonable.
En la medida que el consumidor obtenga satisfacción completa de sus expectativas y necesidades al adquirir un bien o contratar un servicio, sentirá que ha hecho una buena elección y muy probablemente volverá a comprarlo, creándose un vínculo de fidelidad hacia ese comercio, esa marca, ese prestador. Lógicamente ofrecer productos de buena calidad aumenta considerablemente las probabilidades de mantener a los clientes dentro de la organización.
La calidad como objetivo de la empresa
Las empresas ponen especial énfasis en asegurar la calidad del producto. Sin embargo, en general lo hacen con cierta cautela. Sucede que en la mayoría de los casos lograr un avance en términos de calidad exige mejoras en uno o varios factores de la producción (por ejemplo, mejores insumos, maquinaria más moderna, mano de obra más experta), y ello normalmente implica un incremento en los costos.
El traslado del costo al precio seguramente resultará necesario, y esto puede impactar negativamente en el consumo, haciendo que esta finalmente no sea una buena elección en términos económicos.
En el otro extremo, privilegiar el sostenimiento de un precio bajo pero resignando calidad puede ser aún peor, y a la larga puede significar el alejamiento paulatino del mercado con respecto a ese bien. Surge como conclusión obvia que nada es mejor para la empresa que lograr aumentar la calidad de sus productos sin que eso implique un incremento de costos, lo que se puede lograr apelando a la creatividad o a la destreza empresarial.
Las empresas que elaboran bienes más complejos suelen tener mecanismos de control de calidad y pautas muy estrictas de evaluación permanente del producto final, con esto se busca reducir lo más posible la salida de productos fallados, que desalentarán su consumo.
Además, las legislaciones de los países pueden exigir determinadas normas de calidad en los productos, especialmente en los casos en que su incumplimiento pueda exponer a la población a perjuicios sanitarios y de seguridad. Existen institutos encargados de fijar estándares de calidad (normas IRAM, ISO, etc.).
Calidad de vida
La calidad de vida de los ciudadanos es una preocupación creciente en muchos lugares del mundo. Con esta expresión se alude a la posibilidad de tener una vida digna y en lo posible placentera, más allá de la condición socioeconómica y de la edad de cada individuo.
Respirar aire puro, no estar sometido a permanente bullicio, tener tiempo para salir en familia o hacer actividad física, disfrutar del aire libre, transitar por calles limpias y seguras, son componentes esenciales que hacen a una buena calidad de vida. Por el contrario, la violencia y la falta de respeto por el espacio ajeno atentan contra ella.
Deja un comentario