Significado de Cinismo
Cuando se habla de cinismo, se puede hacer referencia a varias de sus acepciones. Por ejemplo, puede aludir a una desvergüenza que se produce al mentir o, incluso, a una impudencia u obscenidad descarada. Sin embargo, no se la debe confundir con el cinismo como doctrina de los cínicos, es decir, a aquellos que pertenecían a la escuela de los discípulos de Sócrates. A continuación, brindaremos las características esenciales para entender el último significado que se le puede dar a este término.
¿Qué es el cinismo?
El cinismo se puede definir como un estilo de vida en el cual el punto más significativo implica alcanzar la felicidad por medio de la sabiduría y la ascesis (aquellas reglas y prácticas relacionadas a la liberación del espíritu y el logro de la virtud). Se escoge entonces la felicidad, con el fin de conseguir un estado de ánimo capaz de lograr la autosuficiencia para poder liberar los posibles imprevistos y permanecer impasible a los adversarios existenciales (el hambre, el frío o la pobreza son algunos claros ejemplos). Los cínicos tomaron como principales ejemplos de referencia a la naturaleza y a los animales.
Historia del cinismo
El cinismo tiene sus orígenes en la Antigua Grecia, entre los siglos IV y III a. d. C. para continuar su desarrollo en las ciudades importantes como Roma, Alejandría y Constantinopla hasta el siglo V. Se dice que su nombre proviene de un gimnasio llamado Cinosarges (las posibles traducciones serían «perro blanco» o «perro veloz») en el que Antístenes solía dar clases.
Antístenes cumplía a la perfección con el prototipo de sabio que se caracteriza por ser austero y solitario, que depositaba toda su confianza en un ser humano individual. Debido a que este concepto sufrió distintos cambios a lo largo de la historia, por ejemplo, se los han llamado kínicos muchos años después. Al cinismo no se lo considera una escuela debido a que Antístenes y sus allegados se oponían al concepto de escuela, repudiaban las distintas ciencias, las normas y las convenciones.
En los siglos XVII y XVIII, algunos escritores como Shakespeare o Voltaire, utilizaban estas herramientas con el fin de ridiculizar la conducta de los seres humanos y volver a darle un uso al cinismo. Además, para la literatura implicó una manera de manifestar sus opiniones utilizando la naturaleza humana. En las dos guerras mundiales, el cinismo tuvo un papel importante ya que se decía que nadie que adopte una forma de vida opuesta a ésta podrá tener esperanzas en situaciones difíciles.
Sin embargo, si se compara el cinismo moderno con el antiguo, se pueden apreciar diferencias de gran inmensidad. En la actualidad, se lo considera como una tendencia a no creer en la sinceridad o en la bondad de los seres humanos, como así tampoco en sus motivaciones o acciones. A su vez, la forma en la que expresará esta actitud será por medio de la ironía, la burla y el sarcasmo.
Persona cínica
Las personas que se definían como cínicas tenían como fin identificarse con la figura de un perro. Esto se debe a que se inspiraban en la sencillez y la desfachatez por las que se caracterizan estos animales. En cuanto a su descripción en lo físico, los cínicos llevaban barbas largas, alforja y cayado.
Para seguir con su metodología tan característica de ellos, utilizaban juegos de palabras como manera de manifestar el cinismo; aquellos participantes capaces de proponer ideas y teorías imposibles de comprender, eran los que iban a sumar gestos, humor e ironía. Además, despreciaban todo tipo de bienes materiales, las normas sociales y los lazos de las naciones. Creían que las civilizaciones eran ante todo antinaturales, artificiales, y como es de esperarse, despreciables. L
a meta más importante y a su vez, más difícil de alcanzar era vivir en base a la naturaleza, con total autosuficiencia. Creían que una vida salvaje era mucho más valorable que aquella vida sencilla y refinada. Es por esta razón que su máximo lema era ser felices se lograba únicamente cuando se llegaba a alcanzar una independencia absoluta.
A su vez, las personas que no compartían este estilo de vida afirmaban que los cínicos eran hombres que maldecían y con una reputación deplorable. Se los calificaba como sucios, bebedores, golpeadores y también, estafadores.
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