Significado de Cultura

¿Qué es la Cultura?

Significado: Por cultura se entiende al conjunto de prácticas, valores, costumbres y símbolos que se enmarcan en la forma de vida de un grupo de personas o una comunidad en particular. La palabra proviene del latín y se vincula etimológicamente con el verbo ‘cultivar’, que se aplica más que nada al uso y la labranza de la tierra. La cultura puede ser entendida asimismo como un tejido social donde están enmarcadas todas las personas que viven en un determinado momento y lugar, y que dejan su huella para las generaciones futuras.

Esto es sumamente importante puesto que en ocasiones, solo es posible estudiar y comprender a algunos grupos humanos que ya no existen indagando en lo que quedó de su cultura. Cabe mencionar que la cultura se nutre tanto de los aportes individuales o de unas pocas personas (como podría ser un poema o una canción que llega a nuestros oídos), o bien puede ser una manifestación de un pueblo organizado colectivamente, como sucede con los carnavales o los ritos, todo lo cual conforma lo que se llama ‘cultura popular’.

(Costumbres y Cultura.)

(Costumbres y Cultura.)

Diversidad Cultural y derechos humanos

La palabra cultura a menudo se asocia al concepto de progreso y civilización: en el arte, en la tecnología y en la ley se encuentran expresiones culturales que hablan de las prioridades, pero también de cuestiones de menos importancia para los distintos pueblos. Sin embargo, a veces la cultura también incorpora elementos que nada tienen que ver con el progreso ni con la civilización, sino incluso con valores contrarios a aquellos, como ocurre cuando se trata de prácticas violentas o agresivas.

Así, por ejemplo, nadie duda de que las corridas de toros forman parte de la cultura de España; sin embargo, es una práctica muy condenada por el sufrimiento animal que implica. Un debate que se produce en el seno de la civilización occidental es cómo fijar el límite entre las expresiones culturales alternativas a las nuestras y los derechos humanos que consideramos para todos. Parece difícil encontrar una posición que respete la diversidad cultural y que a la vez asegure el derecho de todos los individuos a elegir libremente el modo en que quieren vivir.

La mutación constante de las culturas

Sin duda el principal medio para mantener el acervo cultural de un pueblo es por la transmisión oral, en el seno del hogar y de manera vertical, es decir, de una generación a otra. Así, el idioma o los primeros vocablos que los niños aprenden para referirse a sus vínculos más elementales ya son expresiones culturales y seguramente serán transmitidos de igual manera a sus futuros hijos. Sin embargo, no se trata de un proceso estático, porque aun cuando el hogar es una fuente importante de transmisión de pautas culturales, el cruce con otras culturas genera interacciones y cambios, y en ese devenir las expresiones culturales a veces mutan.

La época del colonialismo fue testigo de una imposición de valores culturales muy fuertes de un pueblo a otro: no es casualidad, entonces, ver en museos de Europa elementos de las culturas de países de América o de África. Si bien esas prácticas finalizaron en su mayoría, la globalización que llegó a raíz del acceso generalizado a los medios de comunicación y a Internet es un factor de gran peso en la dinámica de las culturas. Así, hoy en día existe una importante uniformidad en las pautas culturales de los jóvenes (que tienden a escuchar la misma música, a seguir a los mismos artistas, incluso a comer el mismo tipo de comida), en los que prima más su condición de joven globalizado que su origen.

La ocupación del tiempo por parte de los individuos, el mantenimiento y la defensa de las relaciones interpersonales, así como las expresiones de celebración y de conmemoración, son parte del ‘alma cultural’ que la antropología social busca develar.

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