Significado de Egocéntrico
¿Qué significa «egocéntrico»?
La palabra egocéntrico (del latín ego, que significa “yo”, y centrum, que significa “el medio de todo” o “el centro”) es un adjetivo masculino que se utiliza para referirse a la persona que tiene una conducta caracterizada por el egocentrismo, es decir, que se considera a sí misma más importante que los demás, y que considera que sus intereses, opiniones y aspiraciones son los más importantes. El egocentrismo suele estar asociado a conductas egoístas, narcisistas y arrogantes.
El Egocentrismo desde la Psicología
La psicología ha estudiado en profundidad la personalidad egocéntrica, en especial en relación a la mente infantil. Este tipo de conducta es muy común en ciertas etapas de la vida (especialmente en la llamada segunda infancia) como parte del desarrollo psíquico normal de los seres humanos. El problema surge cuando el egocentrismo se vuelve un rasgo elemental de la personalidad adulta, y la persona en cuestión es incapaz de distinguir entre la realidad objetiva y su propia representación de las cosas. Las conductas egocéntricas implican una reducción de la imaginación y una menor libertad del pensamiento, así como una pérdida de la capacidad de comprensión y raciocinio, debido a que al ignorar el punto de vista de los demás se estrecha la perspectiva con la cual se puede aprehender el mundo exterior.
La Personalidad Egocéntrica
Tener una personalidad egocéntrica implica una exaltación permanente de la propia persona, tratando de ser siempre el centro de atención de los demás. Las personas egocéntricas tienden a aislarse de los demás, ya que el considerarse como fundamentalmente superior a los demás dificulta la posibilidad de establecer vínculos de amistad duraderos, debido a la situación de inferioridad en la que se pone a los demás. Además, las personas egocéntricas tienen mucha dificultad para comprender las emociones y sentimientos de los demás y para desarrollar empatía hacia otros.
El Egocentrismo infantil según Piaget
El psicólogo Jean Piaget desarrolló gran parte de su carrera profesional al estudio de la mente infantil. Entre los resultados de sus investigaciones, Piaget postuló que los niños pequeños tienen una tendencia al pensamiento egocéntrico debido a que en la etapa de desarrollo psicológico en la que se encuentran, no son capaces de concebir que las demás personas tengan perspectivas, puntos de vista, valoraciones y opiniones diferentes a las propias. Esto no necesariamente implicaba una conducta egoísta (es decir, los niños no actuaban necesariamente buscando su beneficio personal a costa de otros), sino meramente una incapacidad intelectual de comprender la posición en la que se encuentran y desde la que ven el mundo otras personas.
Para probar este postulado, Piaget realizó un experimento al que llamó “estudio de las montañas”, en el cual colocó a una serie de niños pequeños frente a la imagen de una cordillera de yeso y les pidió que escogieran de entre una serie de retratos que era lo que él (Piaget) estaba viendo. El resultado mostraba que los niños pequeños elegían el retrato de los que ellos mismos estaban mirando, ya que no eran capaces de comprender la perspectiva diferente que tenía el psicólogo.
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