Significado de Empatía

¿Qué es la empatía?

Si bien la empatía es en muchos casos confundida con la idea de simpatía (palabra de uso mucho más extendido), estos términos significan cosas bastante distintas. Mientras que la simpatía es un modo de comportarse y de ser que hace que las personas resulten agradables frente a los demás, la empatía tiene que ver con la capacidad de percibir y sentir los sentimientos y pensamientos de otro individuo, y de reaccionar en consecuencia. Puede entenderse a la empatía como un atributo humano mucho más profundo y movilizador que la simpatía.

(Empatía.Ilustración)

(Empatía.Ilustración)

La empatía en la psicología

La palabra se tradujo por primera vez del inglés a comienzos del siglo XX, y es en el ámbito de la psicología donde este término adquirió mayor difusión: el mismo Freud ya había dado cuenta de que el éxito de las identificaciones con otro en la infancia ayuda al individuo a adquirir su propia identidad. Ya en ese entonces, además, Freud había diferenciado la identificación sana, que consiste en la adquisición del punto de vista de otro para mejorar y progresar teniendo en cuenta las diferencias, de la obsesión, la cual surge cuando una persona quede absorbida por el otro, perdiendo la capacidad de asumirse como individuo.

En la literatura científica el concepto estuvo relacionado con la comprensión del mundo afectivo de las personas, al que se llega por el complejo proceso empático: este comienza con la captación o percepción de los sentimientos del otro, para pasar luego a la comprensión de qué significa ese sentimiento en ese momento. Si bien es un camino largo que se desarrolla a partir de las relaciones interpersonales establecidas desde la infancia, se considera que todas las personas están capacitadas para ejercitar empatía.

A la mayoría de las personas les resulta natural o instintivo solidarizarse con los dolores físicos del otro, tanto es así que cuando alguien tiene un accidente en la calle, por ejemplo, es común que muchas personas inmediatamente se acerquen a ofrecer su ayuda o socorro.

Aún con ello, todos los que se acercan están haciendo un ejercicio de empatía, puesto que bien podrían continuar con sus asuntos dejando que la persona accidentada se reponga por sus propios medios. El dolor emocional, en cambio, es más difícil de percibir, ya que la persona que lo sufre probablemente no lo exprese ante los demás. Incluso es muy común que prefiera ocultarlos y comportarse normalmente.

No puede decirse que aquel que no es capaz de distinguir a una persona afectada emocionalmente sea apática (el antónimo de la empatía), pero sí que hay determinados sujetos que son especialmente hábiles para captar y decodificar el lenguaje gestual de los demás, con lo que pueden detectar cuando alguien está atravesando un problema o un conflicto emocional y ofrecerle su ayuda, o al menos manifestarle una palabra que lo consuele o lo aliente.

Ponerse en el lugar del otro

Si bien la empatía por lo general se piensa como una forma de apoyo frente a situaciones de dolor o conflicto, a menudo se afirma que manifestar empatía frente a situaciones de dicha también es posible y sumamente positivo.

Las personas que tienen limitaciones para expresar sus sentimientos a menudo son víctimas de barreras psicológicas que evitan la comunicación de esas sensaciones. A veces se teme a la reacción del otro. Sin duda debe existir cierta confianza mutua para que la empatía tenga lugar. Quienes sistemáticamente restan importancia a los problemas del otro o quienes tienden a establecer Be ideas preformadas acerca de los demás, difícilmente puedan dejar de lado sus preocupaciones y sentimientos personales, para ponerse en el lugar del otro y compenetrarse con lo que al otro le sucede.

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