Significado de Extrovertido

¿Qué significa «extrovertido»?

La palabra extrovertido, en el Diccionario de la Real Academia Española, remite al adjetivo extravertido, al que define como “dado a la extraversión”. Y a su vez, considera a la extraversión como la inclinación de la persona hacia el mundo exterior, propia de quienes tienen un carácter abierto, gracias a lo cual les resulta fácil vincularse con los demás. Si bien ambos términos están admitidos, se considera más adecuado extravertido; se cree que extrovertido surge por influencia de su antónimo, introvertido.

De esta manera, la palabra extrovertido alude a los individuos extravertidos, que suelen manifestar sus sentimientos abiertamente, y suelen ser personas sociables y comunicativas.

(Extrovertido e Introvertido son sinónimos)

Lo extrovertido desde la psicología

Desde la psicología, el suizo Carl Gustav Jung  ahondó en los denominados tipos psicológicos sobre la base de dos posibles actitudes, la extraversión o la introversión, que se pueden combinar con cuatro posibles  funciones de conciencia, las irracionales por un lado (sensación e intuición) y las racionales (pensamiento y sentimiento) por el otro, dando lugar a diversos tipos. Jung define como extravertida a la persona cuyo interés general se enfoca en la vida social y no en sus experiencias internas.

Bastante tiempo antes el psicólogo estadounidense William James ya había caracterizado y diferenciado a los sujetos de «mente resistente» respecto de los de «mente sensible«, esto es, los que miran hacia afuera y los que miran hacia adentro.

Otro investigador que se abocó al tema de la inclinación hacia el afuera o el adentro fue Hans Jürgen Eysenck, un psicólogo alemán que desarrolló casi toda su labor profesional en el Reino Unido. Eysenck consideró que la tendencia a la extraversión o a la introversión surge como resultados del equilibrio entre la excitación y la inhibición a nivel cerebral, tomando a la excitación como el cerebro en alerta y a la inhibición como cerebro durmiente o calmo.

Eysenck le asignó un papel bastante relevante al temperamento y a la estabilidad emocional, y diferenció al extravertido emocionalmente estable del extravertido emocionalmente inestable, caracterizando al primero como receptivo, alegre, despreocupado, afable, y al segundo como impulsivo, excitable, inquieto.

Extrovertidos e introvertidos hoy

Los extravertidos canalizan gran parte de su energía por fuera de ellos, hacia otras personas y hacia diversas actividades en general, de manera que son sociables y participativos. Disfrutan de las salidas y las reuniones. Se sienten bien cuando son estimulados y actúan. A menudo las personas extravertidas resultan  más accesibles porque suelen estar relajadas, y se ven seguras de sí mismas. Por lo general, las personas extravertidas tienen muchos amigos y pueden manejar una intensa vida social.

En lo laboral, los extravertidos tienen grandes ventajas puesto que en el mundo actual, muchas actividades demandan interacción social permanente. Además, son más asertivos, más seguros; se considera que  pueden tener un muy buen desempeño como vendedores, instructores o administradores.

En oposición a los extravertidos, las personas introvertidas tienden a involucrarse más en actividades individuales como leer, ver cine, dibujar, tocar un instrumento musical o salir a caminar o a correr. Como no confían mucho en sus impulsos, se sienten más cómodos planeando las cosas con cierta antelación. Prefieren llevar una vida ordenada y previsible, sin perder el control. No se sienten mal en soledad y a menudo son más reflexivos. Son más callados y reservados, y pueden llegar a valorar de manera muy especial al reducido círculo de amigos con los que se relacionan.

La sociedad actual tiende a consagrar al extravertido, quien siempre se muestra acompañado de gente y en apariencia, feliz. Incluso muchas veces el  extravertido asume el rol de líder dentro de un grupo. Si bien la mayoría de las personas se sienten cómodas manteniendo una vida de relación activa, existen muchas otras que son felices volcadas en su mundo interior, sin llevar adelante una gran vida social. Nada es reprochable en la medida que se mantenga el respeto y la armonía.