Significado de Genocidio

¿Qué significa «Genocidio«?

En el año 1944, el jurista Raphael Lemkin introdujo la noción de genocidio, que como palabra surge de la unión de una voz proveniente del griego, el prefijo genos (que significa raza o tribu), y del sufijo latino cidio, que significa aniquilamiento. Otras palabras mucho más antiguas, como homicidio o regicidio, incluyen también este sufijo. Por genocidio se comprende el aniquilamiento sistemático de un grupo de personas que comparten una característica étnica, religiosa o racial. Detrás de todo genocidio subyace la idea absurda de que la eliminación de un grupo completo de personas servirá para algún fin, y que el grupo agresor posee la verdad completa y eterna.

Genocidios que marcaron la Historia

Si bien el término genocidio fue acuñado recién en 1944, existieron grandes genocidios desde mucho antes, y lamentablemente a veces no es posible tener dimensión de lo ocurrido debido a que los agresores concretaron su objetivo de eliminar completamente a un grupo social. De hecho, los avances de la civilización conquistadora sobre territorios que pertenecían a grupos indígenas y su transformación en espacios incorporados al dominio de civilizaciones occidentales puede ser considerado un genocidio, puesto que en ningún momento se realizó esa incorporación sin buscar aniquilar al que no se adapte.

(Machetes usados en el genocidio de Ruanda.)

(Machetes usados en el genocidio de Ruanda.)

Sin embargo, lo que marca la fecha en que esta palabra ingresa al acontecer historiográfico es la finalización de la Segunda Guerra Mundial, que estuvo precedida por uno de los genocidios más terribles del siglo XX: el holocausto judío, mediante el cual el Estado nazi alemán se propuso la aniquilación total de la población judía de Europa. El saldo de ese lamentable capítulo de la historia arrojó seis millones de judíos muertos, y también pertenecientes a otras minorías. De hecho, ya en el comienzo de esos acontecimientos el propio Lemkin (exiliado de la masacre) alertaba sobre lo que sucedía.

Con el tiempo, a medida que se conoció más sobre los terribles acontecimientos de los años anteriores, el mundo fue tomando dimensión de las atrocidades que se pueden cometer en el nombre de una idea totalitaria (como ya había ocurrido también en el genocidio armenio por parte del Imperio Otomano en el final de la década de 1910, o en el genocidio ucraniano por parte del régimen estalinista ruso a comienzos de la década de 1930), y comenzó la preocupación por asegurar que jamás volverán a ocurrir sucesos de esa índole.

La trascendencia del genocidio en el mundo

La Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante su Resolución 96 del 11 de diciembre de 1946, en el marco de la Convención para la prevención y la sanción del delito del genocidio, declaró al genocidio como un delito de derecho internacional, contrario al espíritu y a los fines de las Naciones Unidas, y que el mundo civilizado condena. Se incluyeron allí las condiciones que debía cumplir un acto para ser considerado de índole genocida, la presión de la Unión Soviética evitó que las cuestiones políticas se incluyeran en él, y el término se limitó a la intención de destruir un grupo racial, étnico, racial o religioso. Sin embargo, esta firme declaración no logró evitar otras matanzas masivas que tuvieron lugar durante la segunda mitad del siglo XX en países como Ruanda, Uganda, Bosnia y Guatemala, además de los procesos totalitarios en el marco de las dictaduras de América Latina. Como los crímenes de guerra y demás crímenes de lesa humanidad, la Convención ha determinado la imprescriptibilidad de estos delitos.

Desafíos en la Actualidad

Los países que integran la ONU entendieron que no basta con la firma de acuerdos para evitar estos crímenes de lesa humanidad (entre los que figura el genocidio), sino que es necesario activar en cada lugar para concientizar a la gente acerca de los terribles riesgos que tienen las ideas totalitarias.

Se creó la figura del asesor especial para la prevención del genocidio, buscando que actúe como una alerta para los agentes pertinentes sobre los riesgos del genocidio. Entre sus funciones también está la de reunir la información que exista sobre infracciones masivas a los derechos humanos, y la de hacer recomendaciones al Consejo de Seguridad sobre medidas para prevenir y detener el genocidio.

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