Significado de Obsesión
¿Qué es «obsesión»?
En psicología, la palabra obsesión hace referencia a un trastorno por el cual las personas tienen en su mente una idea muy fija. La definición parece algo limitada, pues de hecho todas las personas vamos generando a lo largo de nuestra vida sentimientos y pensamientos que se vuelven importantes y hasta quizá recurrentes en nuestra psiquis: sin embargo, no todos ellos se corresponden con el concepto de obsesión.
Para que un pensamiento recurrente adquiera la categoría de “obsesión” y deba ser tratado como tal, debe caracterizarse por la irracionalidad del pensamiento, específicamente en ese momento. Así por ejemplo, si alguien tiene un familiar cercano enfermo es natural que manifieste angustia y padecimiento durante esa difícil etapa, pero si esos sentimientos perduran incluso mucho tiempo después de la recuperación de su pariente, es posible que eso se haya transformado en una obsesión o trauma.
Es fundamental para que algo sea considerado una obsesión que genere un fuerte sentimiento de ansiedad, y allí está la razón por la cual la obsesión se vuelve muy nociva para la salud física y mental de quien la padece.
Variantes: compulsiones, adicciones y enfermedades graves
Por su manifestación diferente en cada individuo y su dificultad de ser diagnosticada de forma clara, se han establecido diferentes categorías o grados vinculados a la obsesión. En el extremo de lo menos grave aparece el fanatismo, que es la pasión exagerada por determinada cuestión y que puede generar problemas de convivencia.
Una compulsión es un impulso irresistible a la concreción de una actividad (comprar, trabajar o comer son los ejemplos mayoritarios). En el plano de lo patológico encontramos las adicciones, que son las enfermedades de dependencia hacia una sustancia (nicotina, alcohol) y cuya privación genera en el organismo lo que se denomina síndrome de abstinencia.
Las compulsiones, además, pueden transformarse en patologías cuando se trata de trastornos obsesivo-compulsivos, hoy conocidos como TOC. Allí ocurre que la obsesión por algo genera una actividad que la busca neutralizar, reduciendo así la ansiedad asociada: el orden, la limpieza y la insistencia en la verificación de los mecanismos de seguridad (cierre de llaves de gas, de puertas, etc.) son los TOC más habituales.
Por último, las obsesiones a veces pueden manifestarse en el marco de enfermedades más serias, que involucran el deterioro de elementos del sistema nervioso. En esos casos ya se pasa al campo de patologías serias, como la neurosis y la psicosis.
Hacia una superación de las obsesiones
Es fundamental conocer en qué etapa de la obsesión se encuentra un sujeto para diseñar la estrategia terapéutica adecuada. Seguramente se necesite la ayuda profesional de médicos o psicólogos, pero en todos los casos el punto de partida para la superación de un trastorno obsesivo (que puede demorar mucho tiempo) está en la aceptación de ese problema por parte de quien lo sufre.
Si el trastorno todavía se encuentra en su fase inicial, probablemente el sujeto pueda ser advertido de los riesgos que entraña persistir en esos pensamientos, y de la posibilidad que tiene de vivir plenamente sin ellos.
En el caso de las adicciones, muchas veces una estrategia oportuna es poner al afectado en contacto con otras personas que sufrieron la misma problemática y que la han superado: instituciones como alcohólicos anónimos funcionan sobre esta base conceptual.
Cuando las obsesiones se vinculan con situaciones clínicas graves, probablemente se deban utilizar medicamentos que trabajan sobre determinados neurotransmisores. Sin embargo, cabe resaltar que el motor principal de la batalla contra una obsesión es siempre el convencimiento individual de que se estará mejor superando esos sentimientos angustiantes.
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