Significado de paciencia
La paciencia es una virtud que nos ayuda a soportar situaciones desagradables sin estallar. Es una virtud que nos indica qué debemos esperar, tolerar y aguantar. Aquella persona con paciencia es una persona paciente.
«Paciencia» es de origen latín, proviene del verbo «pati», que significa «sufrir». La paciencia se ve reflejada cuando alguien tolera sin quejarse las desgracias que atraviesa.
Según el filósofo Aristóteles, la paciencia nos permite sobreponernos a las emociones fuertes que nos pueda tener preparadas la vida. Se puede decir que la paciencia está ligada a la madurez mental, con una actitud respetuosa y educada hacia los demás.
La paciencia, una difícil virtud
La paciencia no es una virtud fácil de desarrollar hoy en día porque, por empezar, las tareas y obligaciones de los individuos han cambiado y se han vuelto estresantes y difíciles.
Por otro lado, la sociedad está cada vez más intolerante, entonces cualquier roce por mínimo que sea hace que una discusión estalle y eso nos va cargando de enojo y nos hace perder la paciencia.
Sufrir una discusión tras otra, además convivir con gente estresada, nos vuelve locos de a poco, no nos ayuda para nada a mantener una mente sana. A veces, perder la paciencia hace que tengamos choques con personas que nada tienen que ver en el asunto y al mismo tiempo hace que dejemos de ser amables con todos los que nos rodean.
También estamos transitando una época donde todo es muy acelerado, por lo que se exige rapidez y hay que pensar que uno es un humano, no un robot que no tiene otras cosas en las que ocuparse.
Por otro lado, vivir en las grandes ciudades también nos comienza a impacientar, porque tenemos que sufrir las largas esperas, el transporte público, el tráfico, las preocupaciones por la economía y nuestra posición económica y social, etcétera.
Para poder afrontar los problemas de la vida cotidiana sin problemas es necesario adoptar la paciencia como un hábito y como lo que es, una virtud positiva.
La paciencia a nivel personal
La paciencia nos permite llevar a cabo reflexiones acerca de lo que ocurre en nuestras vidas, sobre todo cuando algo malo sucede. Si nos apresuramos a tomar decisiones, lo más probable es que nos terminemos equivocando, pero si pensamos un par de veces qué hacer, es probable que tomemos la decisión correcta.
Podríamos decir que en cierto modo la paciencia es lo opuesto a la ansiedad, ya que esta última hace que pensemos de forma arrebatada y de ese mismo modo actuemos. Trabajando en base a la paciencia podremos desarrollar otras virtudes como la tolerancia y la calma.
Generalmente, la paciencia se asocia con la espera, con aquello que deseamos con mucho anhelo y queremos que se cumpla porque es una meta, objetivo o fin de nuestra vida en cualquier ámbito de ella. La paciencia se trata de aprender a esperar sin quejarse ni salirse de ese camino.
Podemos esperar algo material, como un ascenso o que nos otorguen ese préstamo que queríamos, también se puede esperar algo como que una persona cambie, que una relación se formalice, etcétera.
También se afirma que la paciencia debe existir cuando las cosas salen mal, son lentas y tardan en ejecutarse, por lo tanto, la paciencia y la perseverancia van de la mano. Uno debe ser paciente y perseverante para poder lograr sus objetivos.
Técnicas para desarrollar la paciencia
Para aprender a controlarse y a tener paciencia, una persona puede realizar diversas prácticas. Entre ellas están:
- Meditación
- Yoga
- Realizar alguna actividad deportiva
- Contar al mismo tiempo que respiramos hondo
Hay, incluso, cursos que nos instruyen en el camino que debemos tomar para aprender a ser pacientes.
Lo cierto es que la paciencia es un hábito que se construye con voluntad y práctica. No es posible convertirse en un ser paciente de un día a otro, pero sí en un tiempo determinado.
Deja un comentario