Significado de pedante
La palabra pedante es un adjetivo que designa a las personas que son presumidas y engreídas. Una persona pedante es aquella a la que le gusta alardear y autocalificarse superior que los demás, sintiéndose orgullosa de sus conocimientos, a veces sin causa alguna.
La palabra pedante proviene del italiano y se introdujo al español en el siglo XVI, siendo consecuencia (una de tantas) de las intensas relaciones que tenían España e Italia en aquellos tiempos.
El término pedante, aunque es dudosa su procedencia, se utilizó por primera vez en el año 1535 en Italia y designaba a un «profesor» o «maestro de escuela».
Más allá de que no haya una evidencia sólida y válida que lo demuestre, varios autores han planteado que pedante es un sinónimo de «paedagogantem», que significa pedagogo en el latín de la época medieval.
El primero en utilizar esta palabra en nuestro idioma fue el escritor español Juan de Valdés en su famosa obra «Diálogo de la lengua». En la misma el escritor no aclara su significado, sino que lo pone como ejemplo de aquellas palabras italianas que él considera que se deben usar en el español.
Cómo son los pedantes
Generalmente, el término pedante está asociado a la erudición. Este tipo de persona disfruta realizando citas de famosas obras literarias o exponiendo una idea o teoría cuando está rodeado de gente, todo para demostrar el nivel de sus conocimientos y su excelente cultura general.
En la mayoría de los casos los pedantes saben menos de lo que aparentan o dicen saber, aunque con sus actitudes, su forma de ser y su personalidad, realmente parece que saben de lo que están hablando, que desbordan de conocimientos y que les hacen un bien a los demás impregnando un poco de cultura.
Cuando las personas en una sociedad ven actitudes pedantes en otro, es muy común que lo dejen de lado o lo condenen por eso.
Son muchos los que se sienten (de cierta forma) atacados cuando otra persona exhibe toda su sabiduría, dejando en evidencia la ignorancia de los mismos y la falta de cultura que poseen.
Se cree que la verdadera sabiduría es aquella que no es necesaria que se exhiba en todas las conversaciones que el sabio mantiene o en cada acción que realiza, ya que demuestra esta cualidad día tras día de manera espontánea e inconsciente.
En las personas pedantes predomina la inseguridad, la culpable de hacerlos actuar de esta manera no muy amistosa y soberbia. Los pedantes deben tener a su favor una serie de recursos para asegurarse de mantener a su lado a sus admiradores, aquellos quienes estén dispuestos a prestar atención y escuchar todas sus muestras de conocimiento repetidas veces.
Uno de los recursos de los que hemos hablando anteriormente es el dinero. Es la herramienta más común para atraer a las personas, por más denigrante que parezca.
Muchas son las personas vulnerables ante el dinero, las invitaciones a lugares caros, paseos en autos muy lujosos, viajes por el mundo y regalos realmente costosos son algunas de las tácticas que utilizan las personas pedantes, ya que son incapaces de mantener a las personas a su lado sólo por su forma de ser.
Las inseguridades son combatidas de muchas formas, algunos con dinero, algunos se paralizan tras intentar hablar en público y se sienten frustrados en sus carreras debido a su falta de seguridad.
Incluso, otras personas combaten esta inseguridad poniéndose tras un escudo imaginario llevándose por delante a todos los que intenten meterse en su camino, lo cual es típico de los pedantes, que no son conscientes de la reacción de su entorno.
La utilización de estas herramientas y tácticas para mantener a las personas de su entorno cercanas a él les trae una consecuencia positiva. Los pedantes también utilizan los favores para conservar a sus admiradores.
No sólo desean ser escuchados, sino también ser admirados y halagados (por eso realizan favores «desinteresados»).
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