Significado de plebiscito

La palabra plebiscito proviene del vocablo latín plebiscitum y es una resolución poblacional a la cual se llega a partir de una pluralidad de votos.

El plebiscito es utilizado por el Estado político y los diferentes poderes que lo conforman con el fin de consultar u otorgar al pueblo la decisión de una propuesta específica.

También el plebiscito es empleado para conocer la tendencia que tiene la ciudadanía en general sobre algo en particular.

El uso de los plebiscitos

El plebiscito se encuentra formulado por los funcionarios públicos que dirigen el rumbo de una nación. Aquí los encargados constitucionales conforman un fórmula específica en donde cada integrante de la sociedad, mediante un protocolo a seguir, puede elegir entre «sí o no», de acuerdo a una propuesta que se le ha planteado.

Ejemplos de plebiscitos

Para entender mejor el concepto de plebiscito, se cita el siguiente ejemplo: Una compañía minera, en su énfasis por explorar zonas desconocidas con alto contenido de petróleo, ofrece a los dirigentes políticos de la zona una suma considerable de dinero para conseguir la aprobación de los mismos.

Si bien la suma monetaria ofrecida por la compañía significaría un gran aumento en el sector económico de la zona, recíprocamente las perforaciones y las diferentes actividades mineras a realizarse, destinadas a la exploración de la tierra en busca de petróleo, provocarían pérdidas irrecuperables y daños medioambientales significativos.

Ante esta elección, las autoridades locales tienen el deber de optar por formular un plebiscito, en donde los ciudadanos residentes puedan expresar su punto de vista con respecto a la situación.

En este sentido, un plebiscito puede definirse como un método de democracia directa que puede surgir espontáneamente. Actualmente, el plebiscito se encuentra asociado con el concepto de democracia representativa.

Los funcionarios dirigentes de una sociedad necesitan del punto de vista social para ejecutar las diferentes acciones que tienen en vista, en relación a un problema específico.

Tipos de plebiscitos

Un plebiscito puede adoptar diferentes sentidos, pudiendo ser entonces vinculantes o consultivos. Un plebiscito vinculante tiene como finalidad el cumplimiento de la propuesta según los resultados arrojados por el mismo.

En caso de ser consultivo, el resultado arrojado por el plebiscito en relación a la propuesta enunciada tan solo servirá como medio para conocer la opinión del pueblo.

Relacionando los tipos plebiscitos existentes con el ejemplo anterior, surge la posibilidad de darse dos situaciones. Si la elección de los ciudadanos hubiese sido «no», es decir en contra la actividad minera en la zona, en caso de que el plebiscito fuese vinculante, la compañía minera no tendría permiso de las autoridades para cumplir sus cometidos.

Ahora, si la consulta popular hubiese sido consultiva, la decisión final de otorgar el permiso de explotación a la empresa estaría en poder de los dirigentes públicos.

Plebiscito y referéndum

Cuando se intenta nombrar la herramienta de participación ciudadana democrática más significativa existente, suele nombrarse al plebiscito con el nombre de referéndum, dando por sentado que ambos conceptos son sinónimos uno del otro.

Esto es algo incorrecto y se debe al mal uso de dichos términos en el día a día. A pesar de poseer rasgos parecidos, el plebiscito y el referéndum están diferenciados por ciertas características.

A la hora de formular un plebiscito por parte del Estado, éste tiene como finalidad delegar la decisión final a la interpretación del pueblo, sobre las diferentes acciones a realizar en relación a una proposición determinada.

El referéndum, por su lado, le confiere a la ciudadanía la decisión de transformar, derogar o aprobar una Ley.

(Plebiscito)

(Plebiscito)

No obstante, la solicitación de formulación de un plebiscito o referéndum puede ser ejercida por cualquier ciudadano que se encuentre inscrito dentro de un patrón electoral.

En esta instancia el ciudadano debe presentar una petición cuyo contenido debe ser claro y detallado.

Dicha petición debe incluir la Ley o acción que se quiere llevar a consulta popular, además de contener las razones propias del solicitante por la cual acudió a estas instancias, como así también cada uno de sus datos personales, esenciales para verificar su existencia.

Una vez enviada la petición, el jefe de Gobierno posee 60 días para determinar la aprobación o rechazo de la solicitud. En caso de ser un referéndum y ser aprobado, la Asamblea Legislativa tiene el deber de convocarlo con 30 días de anticipación para su consecuente ejecución.

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