Significado de Secularización

¿Qué es «secularización»?

El término secularización se relaciona directamente con el adjetivo secular, que hace referencia a todo aquello que no pertenece a lo religioso. La secularización es, pues, el proceso que transforma lo eclesiástico en secular.

Se trata de un tema muy sensible, puesto que las personas que tienen muy arraigada su fe religiosa no conciben el alejamiento de esa institución. De todos modos, la palabra secularización también se utiliza para caracterizar al proceso que se vive por fuera de la esfera individual, como los que atraviesan las sociedades o las naciones.

(Secularización. Ilustración)

(Secularización. Ilustración)

El alejamiento individual

La secularización individual es un proceso más bien infrecuente. El religioso que toma los hábitos generalmente lo hace para toda la vida. La cosmovisión que adopta da respuesta a sus inquietudes y dudas, y difícilmente lo encuentre en una contradicción.

De todos modos, circunstancialmente aparecen personas (hasta a veces sacerdotes o monjas) que eligen apartarse de la religión y reincorporarse a la vida civil. Es imposible encontrar una explicación que generalice las causas de esos grandes cambios, algunos atraviesan algún acontecimiento en su vida que los lleva al descreimiento completo, otros eligen apartarse de la institucionalidad para vivir la religión de acuerdo a sus propias convicciones, y algunos tienen firmes diferencias (religiosas o pragmáticas) con otros miembros de la institución en la que está.

La secularización es el nombre que lleva la autorización brindada por la Iglesia Católica para vivir por fuera de ella durante un tiempo determinado o de forma perpetua.

Los Estados y la religión

La historia de los estados que conocemos en la actualidad tiene mucho que ver con la religión, y su emancipación fue un proceso de secularización, no exento de dificultades.

Por muy lógico que parezca en el día de hoy, el hecho de que una sociedad respete la diversidad de credos y no esté sometida al gobierno ni a la preeminencia de una sola fe religiosa, es algo relativamente nuevo.

A comienzos del siglo XVIII no se concebía otra forma de pensar una nación que bajo el sistema de una monarquía, en la que el rey era el enviado de Dios. El primer precedente de la secularización en Occidente aparece en ese contexto, mediante la Ilustración francesa y alemana, corrientes que buscaban luchar contra la ignorancia y el misticismo: frente a un mundo en el que solo valía lo religioso, se podía pensar en una sociedad de individuos racionales.

Claro que esto se tradujo en batallas políticas, de las que sobresale la Revolución francesa. A medida que las ideas iluministas se extendían alrededor del mundo, el proceso de secularización se planteaba como inevitable, y las sociedades comenzaban a creerse capaces de forzar su destino sin estar atadas a una sola religión o autoridad divina.

La secularización hoy en día

Claro que la relación entre las sociedades occidentales y la Iglesia no ha sido cortada de plano por esas ideas iluministas. Por el contrario, las independencias religiosas que fueron estableciéndose en los distintos países pudieron cambiar los paradigmas económicos y políticos, pero, en general, se sostuvo a la Iglesia Católica dentro de un lugar de preeminencia con respecto a las demás religiones, en detrimento del ateísmo.

En prácticamente todos los países occidentales el Estado entrega cierto sostenimiento económico a la Iglesia, y en muchos de ellos adopta una religión propia para la nación. Los numerosos movimientos que exigen el fin de esos privilegios creen en una secularización verdadera, que ocurrirá solo en la medida que el Estado no se inmiscuya en la religión de los individuos, sin que esto implique la prohibición de las manifestaciones religiosas.

En otras zonas del mundo, como India o Medio Oriente, la relación entre religión y Estado todavía es más íntima.

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