Significado de Trastorno bipolar

La palabra bipolar, lamentablemente, se encuentra en la voz común de las personas, utilizándola de mala forma y usualmente, como descalificación hacia quienes tienen conductas cambiantes. Si bien las características de la bipolaridad tiene que ver con el cambio en el estado de una persona, es necesario ahondar en el tema, por que su diagnóstico debe ser realizado por un profesional de la salud mental.

¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar es el nombre de diagnóstico psiquiátrico que recibe un tipo de trastorno del estado del ánimo, caracterizado por la presencia de uno o más episodios de energía desmesurada alternados con estados depresivos.

Signos y sintomatología

  • Episodio maníaco: Su duración puede variar desde días a meses, o bien requerir el internamiento de la persona.
    • Dificultad para concentrarse.
    • Alteración del sueño, durmiendo poco.
    • Problemas para controlar el temperamento.
    • Incapacidad para discernir.
    • Falta de autocontrol.
    • Pérdida de límites (conductas imprudentes).
    • Comportamiento exagerado (tener relaciones sexuales con muchas personas, compras desmedidas, consumo excesivo de alcohol, ingesta de drogas).
    •  Ánimo irritado.
    • Pensamientos apresurados.
    • Habla acelerada o verborrea.
    • Creencias irracionales de sí mismo, percepción errada.
    • Compromiso excesivo de actividades.
  •  Episodio depresivo:
    • Estado de ánimo caracterizado por tristeza, puede suceder a diario.
    • Problemas con la concentración.
    • Problemas de memoria o recordar hechos puntuales.
    • Dificultad para tomar decisiones.
    • Aumento o pérdida de peso debido a la inapetencia o consumo desproporcionado de alimentos.
    • Sentimiento de desesperanza, vulnerabilidad y culpa.
    • Sensación de desgano.
    • Pérdida de la sensación de disfrute frente a actividades de su gusto.
    • Baja autoestima.
    • Pensamientos suicidas.
    • Problemas para dormir.
    • Aislamiento social, se aleja de amigos.

Causas del trastorno bipolar

Este trastorno se inicia a partir desde los 15 a 25 años, de igual manera entre hombres y mujeres, aunque quienes cuentan con antecedentes de familia con trastornos bipolar, tendrán más posibilidades de padecerlo.

Si bien no hay claridad acerca del tiempo exacto del comienzo, sí existen periodos de repetidas conductas.

Dentro de los desencadenantes pueden incluirse:

  • Parto.
  • Dificultades para dormir, insomnio.
  • Consumo de fármacos como antidepresivos o esteroides.
  • Ingesta de drogas psicoactivas.

Clasificación del trastorno bipolar

Trastorno bipolar

(Trastorno bipolar)

El trastorno bipolar tiene distintas intensidades y manifestaciones, por ello se entenderán las siguientes tipologías, según el Manual de diagnóstico DSM-IV-TR y el CIE 10:

  • Trastorno bipolar tipo I: consiste en la manifestación de 1 episodio maníaco y 1 depresivo, con frecuencia estas personas han vivido episodios depresivos mayores o importantes, aunque no es necesario que existan para su diagnóstico, pero sí, algunos maníacos o mixtos.
  • Trastorno bipolar tipo II: se caracteriza por la presencia de episodios de depresión mayor, a esto se le suma al menos un episodio hipomaníaco, es decir la manía no llega al extremo de alterar la vida cotidiana de la persona en ninguna de sus áreas (social, laboral, entre otros). Por ello es más complejo de obtener el diagnóstico de este tipo de bipolaridad. Durante la etapa de depresión mayor pueden aparecer síntomas psicóticos (ausentes en los periodos maníacos).
  • Trastorno bipolar tipo III: es el más avanzado de los mencionados. Alteración anímica frecuente en la tercera edad, donde el funcionamiento cerebral genera este descontrol.
  • Ciclotimia: se caracteriza por ciclos de hipomanía, alternados con episodios depresivos o bajo ánimo que no llegan a corresponder a depresión mayor. Debido al comportamiento de este estado en la persona, es que se entiende como parte de su personalidad. Sin embargo, para quien lo padece es lo suficientemente molesto como para interferir en el funcionamiento habitual de su vida.
  • Trastorno bipolar no especificado: en este rango se incluyen todas las apariciones de trastorno bipolar que no encajan en el diagnóstico del trastorno bipolar estipulado anteriormente.

Tratamiento para el trastorno bipolar

El tratamiento profesional del trastorno bipolar busca reducir los episodios maníacos y depresivos, de manera que la persona retome su bienestar y pueda llevar una vida totalmente de forma funcional. También se busca de forma urgente eliminar o reducir al máximo el riesgo de autoagresiones, ideas o intentos suicidas (en los casos más severos).

El sistema de tratamiento debe incluir no sólo medicamentos acordes a las necesidades e intensidad del trastorno, sino que también psicoterapia. De la misma manera, son importantes los programas de apoyo.

Los objetivos de las terapias tanto individuales como grupales son:

  • Ayudar a las personas a ser consciente de los síntomas e identificar cuando comienzan a aparecer.
  • Enfrentar los síntomas, aún se esté ingiriendo medicación.
  • Brindar herramientas para dejar las drogas o sustancias a las cuales suelen recurrir (en el caso de ingerir drogas).
  • Proporcionar información acerca del correcto uso de la medicación y conocer los posibles efectos.
  • Identificar los desencadenantes de los episodios.
  • Permitir que la persona se acerque lo máximo posible al autocontrol.
  • Aumentar la autoestima y la aceptación y manejo del trastorno bipolar.

Dentro de los tipos de medicación  que puede suministrarse según su diagnóstico,  se encuentran:

  • Antipsicóticos
  • Anticonvulsionantes
  • Antidepresivos
    • Antidepresivos tricíclicos
    • Antidepresivos inhibidores de la reabsorción de serotonina
    • Antidepresivos inhibidores de la monoaminooxidasa
  • Benzodiazepinas

Cuándo acudir a un profesional

Probablemente las personas que estén acostumbradas a los episodios, no sientan la necesidad de acudir por ayuda. Aunque también puede ser por vergüenza. Sin embargo, es necesario saber que el tratamiento siempre será de ayuda importante y que se realizará en completa reserva. Contar con ayuda familiar, permitirá avances más óptimos. Por eso, contactar a un médico será necesario cuando:

  • La presencia de los episodios de máxima energía o bajo ánimo estén siendo frecuentes o interfiriendo en el funcionamiento habitual de la vida de la persona.
  • Si se tienen ideas o intentos suicidas.
  • Cuando existe descontrol emocional y conductual.
  • Cuando el entorno señala que algo anda mal.

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