Significado de Utopía
¿Qué es Utopía?
Significado: La palabra utopía fue creada por el autor (luego proclamado santo por la Iglesia católica) Tomás Moro, para dar título a su obra, fundacional en la interpretación de las relaciones humanas y con ello, en la política. En dicha obra Moro describe una isla aislada del mundo en la que vive una comunidad imaginaria. En esta la propiedad es comunal en todo su sentido, y la paz, la felicidad, la plena justicia y la ausencia de conflictos de intereses dominan el escenario.
Ya desde su origen, agrupando dos palabras provenientes del griego (eutopia, que se puede interpretar como “en ningún lugar” y también como “buen lugar”), el término entonces presupone la imposibilidad de existir por la propia esencia del ser humano, que es imperfecta. Por lo tanto, en su sentido general el término describe a algo tan bello y perfecto que por la propia naturaleza de las personas no puede existir.
Utopía en la Política y teorías económicas
En la filosofía de la política, el término ha tenido desambiguaciones diversas. Karl Marx, cuando divulgó su teoría sobre el sistema capitalista y su tendencia a la precarización del trabajo, se consideró a sí y a sus adeptos como partidarios de un socialismo científico, y lo diferenció de aquellos socialistas utópicos, a los que degradó en cierto modo al afirmar que no tenían mayor sustento que su voluntad de mejorar la situación del proletariado a través, cuanto mucho, de la creación de comunidades alternativas al capitalismo. Sin embargo, el marxismo también es calificado en muchos casos como utópico, pues realiza muchos supuestos sobre la base de un cambio en los paradigmas con los que viven los trabajadores, apuntando mucho más al bien común: si bien tiene un sustento científico, vale preguntarse si no resulta imposible la aplicación.
Lo mismo corre para el liberalismo anárquico, que sostiene que la inexistencia del Estado dejará a los hombres viviendo en un mundo ideal bajo los paradigmas de la libertad de mercado. Sin embargo, mucho antes de todos estos planteos, la idea del Paraíso en la Biblia, considerado como el mundo en el que los hombres justos van tras la muerte y en donde no existe el pecado ni ningún tipo de sufrimiento, puede ser pensado como un mundo utópico en los términos que conocemos en la actualidad.
De todos modos, la consideración de una teoría como utópica no la invalida en sí misma. Por el contrario, el hecho de marcar el punto al que determinado grupo de personas quiere llegar puede servir para resaltar las diferencias entre lo que se busca y lo que se tiene en cada momento. Además, la fe en las utopías esperanza muchas veces a los pueblos que padecen grandes sufrimientos. El autor Eduardo Galeano afirma que la utopía está en el horizonte, pues no se puede llegar a ella ni caminando tantos pasos como uno quiera, pero sin embargo, es valioso hacer ese camino.
Por su carácter de perfecta e inmejorable, la utopía también linda en muchos casos con la tragedia. No son pocos los críticos de las utopías, puesto que estas traen consigo una direccionalidad única de la historia hacia ese fin, que con los cambios del mundo podría perder sentido. También se critica a las utopías por su facilidad para engañar a grandes poblaciones y por la recurrencia de los totalitarismos que comenzaron con utopías: grandes obras literarias como 1984, de George Orwell, o Farenheit 451, de Ray Bradbury, tratan esta idea de la no-utopía, llamada distopia que expresa de algún modo (y análogamente a la utopía) un mundo tan trágico e invasivo sobre la individualidad que no podría existir.
En busca de la hazaña utópica
La generalización del término hizo que esta palabra se use también cuando las personas se lanzan a hacer algo que parece imposible. Aun cuando no persiga objetivos políticos o económicos, se suele calificar como utópica a la persona que pone gran empeño en lograr algo lejano, difícil de conseguir.
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